como la copa que inundé una y otra vez de olvidos
para tragármelos y formar parte de ellos
como tú has hecho con tus sentidos
menospreciados y dolidos
que no saben aceptar tu realidad inventada,
mi espejo indefinido.
El brillo de los trozos rotos
deslumbra a la suerte de quienes quieren ser y no pueden,
de los rostros de oscuros rasgos,
cicatrices que abren la memoria enraizada en tus imágenes,
ya no sabes si reales.
Temer lo sentido, lo vivido, pero no lo esperado.
Espera a la vida que todavía no conoces para conocer el momento en el que reflejar tu memoria.
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