Palabras,
hace tiempo que no son lo mismo, hace tiempo que no existen,
y me he olvidado de por qué se escriben.
Expresaban mis melodías, hazañas y mares donde me ahogaba,
mis luces, monstruos y despertares.
Me expresaban.
Ahora no tengo quien me exprese.
Mis huellas no saben dejar rastro y la tierra se funde al
son de mis dedos.
Pero a quién le importan estos dedos si solo sabéis ver su
acero.
Dime una palabra que me recuerde quién era
y te diré mil palabras que machaquen tu conciencia.
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