sábado, 18 de febrero de 2012

Anhelo

Tú.

Escribirte palabras que signifiquen algo, que le den aliento a mis lágrimas, aquellas que nacen para morir en el brillo de tus ojos, mirando fijamente cómo recorren esa piel que acariciabas, como el viento susurra a la tierra, y la llena de metáforas escondidas, vistiendo tus silencios de pasión y belleza. Lloro porque mis lágrimas mueren en nuestros labios, apasionados desvaríos de un amor puro y delicado, besos que encarnan el fruto puro que muerdes delicadamente.

Cómo darte mi mundo envuelto en flores de papel, perdidas por aquellos versos que nunca pueden ser leídos por corazones dormidos, flores de carmín y calor, que adornan tu lecho, que duermen en ti.

Hoy duermes con la luna, aquella que no reflejaba el mar, aquella que busqué entre rocas y arena, bañada por la espuma, y que se hizo pequeña para poder admirarla entre mis manos, y regalártela, tú, que eres mi cielo, que cuidas a la luna, pequeña, blanca y pura, y que envidio por tenerte a su lado, por escuchar tu mirada, esos ojitos vivos y emotivos que endulzan tu melodía, que recogen la vida de la luz que te rodea, que hacen de lo ordinario, lo extraordinario, preciosos ojos dulces como la miel, lo más profundo de tu alma, al que solo accede quien sepa mirar a través de ellos, dulce recital que acompaña en la vida de quienes tienen la llave de tu ser.

Solo quiero decirte todo lo que eres, y en cambio, solo te voy a decir lo único que eres, la dueña de mis versos, y como cantó un poeta alguna vez, “si cambié mis versos por tus besos una noche, y viví entre tus besos como un verso camuflado…”, recuerda siempre estos versos…

Delicadeza pura son tus labios,

aquellos que besa el agua del rocío cada mañana,

aquellos que roban a la luna su mirada.

Labios de ternura y pasión,

de un rojo candente como el fuego de mi alma

que arde por sentir en ellos tu corazón.

Oh dulce carmín que pinta una flor salvaje,

haz salvaje el viento que envuelve tu aroma

para que pueda sentirlo y enamorarme.

Siervo de tus besos, siempre.

1 comentario:

  1. "Miel virgen destilan tus labios, novia mía.
    Hay miel y leche debajo de tu lengua; y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del Líbano.
    Huerto eres cerrado, hermana mía, novia, huerto cerrado, fuente sellada"
    (Cantar de los cantares, 4, 11-12)

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