Hoy mis dedos crujen,
esperando a ser acariciados por el tenso metal.
Deseando sangrar con tal de sentir más que una vibración,
quieren raspar la madera, y envolverse en placer.
Porque quieren creer que nacieron para ello,
para crear, sentir historias en su piel,
y ver como el mundo escucha su sacrificio perfecto.
Hoy mis dedos crujen, porque desean tocar.
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